Orden 227: la cruel norma de Stalin de asesinar a sus propias tropas si se retiraban
En el desconcierto, se oye un grito: «¡Es imposible, corred camaradas!». Es en ese momento cuando otra voz, esta vez la de un comisario, se alza por encima del ruido: «¡Ni un solo paso atrás, Stalin lo ordena. No hay retirada!».