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El infierno de Musa Qala (2ª parte)

Previously in Pathfinder history...
La élite inglesa había sido enviada a Musa Qala en una misión de dos días. Solo tenían que hacer acto de presencia para evitar que los talibanes recuperasen el control de la ciudad. Pero desde el principio todo fue mal.



Comenzó una serie de incansables ataques, desde armas pequeñas a fuego indirecto. Este informe se elaboró a partir de la versión oficial dada por los soldados.

Un hombre recuerda: “Fuimos atacados a diario con todo el arsenal del que disponían los talibanes: granadas propulsadas por cohetes, cohetes chinos, francotiradores, morteros, ametralladoras pesadas, armas pequeñas y sus favoritos, y probablemente el peor de todos casos, el fusil. Este hace un ruido impresionante cuando está cerca”.

Durante casi cuatro semanas, los Pathfinders estuvieron bajo constante ataque. Ellos respondieron con todas las armas que tenían disparando decenas de miles de balas.

“Cuando [los ataques] llegaban siempre era un shock... A veces escuchabas el ruido de un cohete sólo una fracción de segundo antes del impacto. Teníamos gente de guardia en todo momento, se sentaban en los búnkers y, protegidos, exploraban la ciudad con los prismáticos. En muchas ocasiones la explosión inicial estaba seguida por un ataque, a veces eran más de diez talibanes, que disparaban lo que parecía en el momento como miles de balas sobre nosotros”.

Con pocas noticias sobre lo que las tropas británicas están haciendo en la provincia, fue el aumento del número de efectivos muertos en Sangin - noticias que el Ministerio de Defensa no pudo impedir que aparecieran – lo que provocó que apareciera en los titulares. Pero la lucha no era menos intensa en Musa Qala.

Probablemente debido a que presentaban un objetivo más pequeño y son más experimentados que los hombres en Sangin -y, desde luego, gracias a la buena suerte- los Pathfinders no perdieron ningún hombre por lo que su historia nunca salió en los titulares. Los talibanes rápidamente se ganaron el respeto de los paracaidistas experimentados a causa de su negativa a retroceder ante la respuesta británica.



“El estruendo de las balas de un AK-47 impactando en la pared a tu lado te obliga a asegurarse de que tu fuego es exacto”, dijo un Pathfinde. “Tu mente va a cien, sólo quieres esquivar el impacto en caso de que el enemigo vea a tu posición.”

Hicieron docenas de llamamientos a ataques aéreos y de artillería, matando a centenares de talibanes. Sin embargo los ataques continuaron. Los insurgentes controlaban las carreteras, y los helicópteros eran vulnerables por lo que había pocas posibilidades de reabastecimiento. Municiones, alimentos y el agua tuvieron que ser racionados.

Cuando devolvíamos el fuego nos aseguramos de que cada bala contara", dice un Pathfinder.